emprendedor inmigrante

El emprendedor inmigrante

Soy emprendedor e inmigrante. Estoy orgulloso de ambas etiquetas.

Si bien etiquetar personas no es una práctica ideal, hay cosas que no se pueden negar y al auto-etiquetarme, un par de las mías son estas.

Vivimos en una época turbulenta, de grandes cambios. Me gusta pensar que los movimientos sociales, culturales, políticos, de pensamiento e ideologías, las innovaciones que van a mil por hora y las metamorfosis que vivimos, nos están guiando a un mundo mejor, una sociedad consciente, más tolerante y empática.

Uno de los colectivos que más críticas recibe y que muchos líderes de gobierno utilizan injustamente como “cabeza de turco” para justificar malos resultados, es el colectivo inmigrante.

Me gustaría contarte de cómo mi condición de inmigrante contagió mi sangre emprendedora, y que juntos busquemos maneras para que la sociedad aprenda a beneficiarse de los movimientos migratorios que actualmente vivimos.

SOY INMIGRANTE

Tengo un vivo recuerdo de la noche previa a mi partida y de diversos momentos de aquella última semana viviendo en mi país, Perú. Tenía 14 años, ha pasado mucho tiempo, y aún así me emociono recordando las despedidas con mi familia y amigos.

A esa edad debo decir que no era muy consciente del paso que estábamos tomando como familia. Entendía que nos íbamos a vivir a EEUU, en búsqueda de mejores oportunidades, pero viéndolo en retrospectiva no tenía ni idea de lo que aquel cambio traería a mi vida,

“… sólo puedes conectar los puntos mirando hacia atrás ” dijo Steve Jobs.

Aprendí lo que significa ser un inmigrante a través de la experiencia de mi padres. Vivimos 6 años en aquel país, sin viajar a Perú ni de vacaciones. Mis padres se pasaban los días trabajando y forjando nuevos cimientos para dar estabilidad a la familia. Empezar de cero, así tengas un poco de dinero, es difícil. Tu círculo social, tu red profesional, tus hábitos, los lugares que frecuentas; tienes que redescubrir, crear, inventar, buscar, todo de nuevo,

¡Cuánto esfuerzo y cuántas oportunidades!

Nos despertamos del famoso “sueño americano” en un abrir y cerrar de ojos, al menos yo no lo vi venir. Después de 6 años, con una casa en propiedad, permisos de trabajo y de estudio, nuevos amigos, y mucho más, nos vimos obligados a dejar el país. Nos despertaron con un balde de agua fría, con poco tiempo para reaccionar.

Yo me fuí primero, sin meditar mucho la decisión. Tenía 20 años, estudiaba economía en la Universidad de Central Florida con una beca, jugaba al tenis, con trabajo temporal en hoteles, novia, vivía con buenos amigos, y me quedo corto. Estaba dejando mucho atrás, vivía una vida realmente cómoda, pero me sentía asqueado de haber recibido esa notificación por parte del gobierno. La última notificación que había recibido por parte de ellos fue cuando cumplí 18, mi número de reclutamiento militar en caso toque el “Military Draft”, ¿Cómo no podía sentir repulsión ante esto? Me fui, sin querer abordar posibles maneras de quedarme, que las habían.

Después de pocos meses en Lima, 7 u 8, partí rumbo a Barcelona, España. Sentí que mi país no me daría las oportunidades que yo quería, tramité mi visado de estudios a través del Consulado de España y viajé para terminar mi carrera en el viejo continente. No hice muchas averiguaciones previas en cuanto a trabajo, tenía dinero ahorrado para vivir mis 2 primeros meses sin preocuparme por trabajar, confiaba que encontraría oportunidades sin saber el cómo.

SOY EMPRENDEDOR

España en el 2008 no era necesariamente el país de las oportunidades. Fue este el año que marcó el inicio de una crisis económica, burbuja inmobiliaria, altas tazas de desempleo, subida de la inflación, crisis financiera, indicadores económicos que hoy en día, 2018, aún no han llegado a niveles previos a la crisis.

Por suerte encontré trabajo, tuve unos cuantos, algunos dan para una historia completa. Pude pagarme los estudios y vivir una calidad de vida que para esa edad, 21–24, era envidiable. Gané buena cantidad de dinero, de muchas maneras, gasté poco en el costo de vida más alto, compartiendo alquiler con amigos, y me divertí mucho, viajando y viviendo experiencias inolvidables. Ahorré poco y aprendí mucho.

Casi terminando mi carrera, me diplomé en Business Administration con el Cambridge Business Diploma, cansado de pequeños e inestables trabajos temporales, y de vivir “al límite y con las justas”, decidí que era momento de trabajar hacia un futuro personal mejor. Junto con un buen amigo nos decidimos a emprender. Abrimos nuestro pequeño Bed n Breakfast, Casa Trippy, en el hermoso barrio de Gràcia en Barcelona. Un emprendimiento de pura necesidad. Leandro y yo compartíamos habitación mientras alquilábamos el resto de habitaciones a turistas, dándoles el servicio de alojamiento y desayuno.

Ese fué el inicio de mi carrera emprendedora, desde entonces no he vuelto atrás y salvo algún inesperado suceso no pienso cambiar de rumbo.

ESTOY SEGURO QUE INMIGRAR ME HA HECHO EMPRENDEDOR

Mientras más observo a mi alrededor y analizo mi entorno, noto que gran parte de los pequeños comercios y empresas en Barcelona son de inmigrantes. ¿Por qué hay tantos inmigrantes que se lanzan hacia el emprendimiento?

Empecemos con reconocer que el mero hecho de dejar tu casa y empezar una nueva vida en otro país es ya de por si una muestra de vena emprendedora. Es entendible entonces que muchos inmigrantes decidan emprender un negocio. Pero, ¿Vienen ya con la idea de crear un negocio propio o lo hacen por necesidad? Lo mío fue inicialmente por necesidad, acerca de los demás sinceramente no lo sé.

Somos muchos los inmigrantes emprendedores o emprendedores inmigrantes. Creo que la misma experiencia migratoria es en la mayoría de los casos fuente de conocimientos y competencias relacionadas con una concepción emprendedora  pero,

¿Cuáles pueden ser los valores o conocimientos que la inmigración aporta que nos ayuda a emprender?

1.- Perspectiva

Tener una visión cultural diversa nos permite identificar oportunidades donde algunos quizás no las ven. El cruce y la mezcla cultural nos aporta capacidades de observar un mismo hecho bajo diferentes filtros, vincular efectivamente demanda y oferta, y reconocer nuevos nichos.

Un estudio de la revista Harvard Business Review prueba que “las experiencias interculturales aumentan las capacidades de identificar oportunidades” lo cual “tiene claras implicancias para los negocios, emprendedores y actores políticos.”

En mi experiencia personal, me di cuenta de lo bien que se me daba ser anfitrión mientras pertenecía a la comunidad de Couchsurfing. Fui parte de esta comunidad con el principal objetivo de conocer gente y de ahorrar dinero durante mis viajes. La mayoría de personas que conocí como anfitriones en Barcelona eran inmigrantes, no quiere decir que los nacionales no pertenezcan a dicha comunidad pero quizás se adapta más a nuestra forma de vida. Mis experiencias en esta comunidad me abrieron la mente a las oportunidades que podía explotar como un anfitrión profesional.

2.- Valoración del riesgo

Valoración de riesgo

Salvo en familias con hijos pequeños, cuando uno empieza una vida nueva en un nuevo territorio, tiene usualmente pocas posesiones, pocos amarres y poco que perder!

Un emprendedor, si bien tiene que saber valorar el riesgo correctamente, no puede achicarse ante el miedo de perder. El riesgo está siempre presente. Por más estudios de mercado, planes de negocio, libros de estrategia y videos de motivación que te devores; nunca tendrás el éxito 100% asegurado. Es más, a veces mientras más lees y mas investigación realizas, menos ejecución tendrás, lo llaman Parálisis por análisis.

Cuando empecé mi primer proyecto, Casa Trippy, vivía en una casa con amigos, sin pagar alquiler, y tenía el peor trabajo del cual tenga recuerdo, realizar estudios de mercado para empresas farmacéuticas vía telefónica. Ganaba poco dinero y estaba todo el día metido en un cubículo en una casa en Rambla Catalunya. No tenía ahorros y no encontraba un trabajo relacionado con mi carrera.

Con mi amigo y entonces socio nos prestamos 4000 euros de conocidos para alquilar y amoblar ligeramente el piso. Los muebles y utensilios que nos faltaban los pedimos prestados o reciclamos de la calle! En 6 meses ya habíamos devuelto todo el dinero que debíamos. Habíamos pasado de vivir en una pequeña casa con unos 10 amigos a “emprendedores” como jugando. Si bien no fuimos muy profesionales al principio, aprendimos de lo que éramos capaces y nadie nos quita lo bailado.

3.- Sentirme cómodo fuera de mi zona de confort

Cuando empiezas a emprender tienes que moverte por nuevos círculos y vivir situaciones que nunca antes habrás vivido. No siempre serás el más listo de la sala, tienes que tocarle la puerta a desconocidos, aprender a vender a puerta fría, negociar con personas que tienen más poder que tú y ponerte en situaciones realmente incómodas. Poco a poco le vas agarrando la mano y el gusto hasta el punto que disfrutas cuando sabes que te enfrentas a algo totalmente nuevo.

Creo que es muy fácil hacer esta conexión. Inmigrar es salir de tu zona de confort. Alejarte de tu red social, de tus amigos y familia de toda la vida, el no poder contar con nadie para que te saque de un apuro, el tener que hacer nuevos amigos, aprender nuevos hábitos culturales y amoldarte a un nuevo estilo de vida. Yo lo hice a los 20 años cuando realmente no tenía aún mucho historial, es por esto que admiro muchísimo más a las personas que emigran de su país de adultos mayores y hasta con hijos, como lo hicieron mis padres.

4.- Cultura de trabajo

Poca gente trabaja más que los inmigrantes, punto. Es una realidad que pocos se atreverán a discutir. Si quieres emprender con éxito trabaja al ritmo de un inmigrante, de sol a sol, y aprende a ahorrar como aquellos inmigrantes que viven con los lujos mínimos para poder alimentar a sus familias en sus países de origen.

Me causa mucha gracia cuando escucho personas decir que quieren emprender para trabajar menos, que equivocados que están. Cuando te decides emprender tienes que saber, y tenerlo muy claro, que trabajarás mucho más que cuando trabajas para una empresa ajena. Los primeros años son puro sacrificio, hasta que tengas una máquina aceitada con las piezas ideales trabajando casi solas. Tu empresa es como un bebé, no la podrás dejar sola durante sus primeros años. No te digo esto para asustarte, al igual que la paternidad (que no lo sé de primera mano), es más gratificante que sacrificado, pero tienes que estar preparado.

5.- Capacidad de investigación

¿Te imaginas lo que es vivir en un contexto sociocultural desconocido, viéndote obligado a descifrar leyes que para ti son foráneas para poder buscar la manera de vivir tranquilo? Si bien hay abogados expertos en temas de extranjería y asociaciones que te aportan consultas gratuitas, la mayoría de inmigrantes viven con recursos limitados y pagarle a una persona para que lleve sus trámites no es una prioridad, especialmente cuando toda la información se encuentra en internet.

El hecho de que la información se encuentre online no quiere decir que sea de fácil acceso, y mucho menos en España, lo he vivido en carne propia y se que aún sigue pasando. Hay que volverse un experto en temas migratorios, saber donde buscar y a quien preguntarle. Cualquier inmigrante que ha conseguido tramitar sus papeles puede tranquilamente ser un asesor de extranjería, nos vemos obligados a especializarnos en el tema.

Es un verdadero trabajo llevar tus temas migratorios, te pasean de oficina en oficina, otorgando poca o nula información de valor, se acumulan los trámites. Hay gente que se juega el futuro en estos trámites, pasarte una fecha o entregar mal la documentación puede resultar en años de trabajo y sacrificio tirados a la basura.

Cuando empiezas a emprender, a menos que tengas recursos suficientes para pagarle a un abogado o asesor empresarial desde el día 1, tendrás que aprender a realizar investigaciones legales tu mismo. Y estos temas no son fáciles ni ligeros. Emprender requiere que te pongas diversos uniformes de trabajo y uno de ellos será el de abogado o experto legal.

6.- Persistencia

Barreras culturales, jurídicas, administrativas, de financiación y sociales condicionan el rol del inmigrante y dificultan sus relaciones con el entorno. Cuando tu futuro y el de tu familia dependen de tu habilidad para vencer estas condicionantes, no hay quien te detenga, no hay chance que te vayas a rendir ante ellas. Cada puerta cerrada, cada rechazo, cada retroceso en tu proceso de adaptación es realmente una inyección de determinación para lograr tu objetivo y demostrarle a todos que no vas a permitir que te valoren por el hecho de tener o no documentación legal en un país.

Cuando emprendes un nuevo proyecto difícilmente te irá todo bien al primer intento. Tendrás que sortear obstáculos y barreras en tu camino, te chocarás con algunos de ellos, te caerás, y pocas veces habrá alguien para levantarte, tendrás que hacerlo tu mismo y seguir.

Mucha gente te dirá que estás loco, algunas de tus relaciones se romperán, y a veces tu mismo creerás que realmente estás loco, ¿vas a tirar la toalla?

Todos hemos pasado por momentos de dudas, ser emprendedor es vivir en una montaña rusa, tienes que aprender a luchar por tus objetivos sin importarte lo que dicen o hacen los demás.

¿CUAL ES EL VALOR QUE APORTAN LOS EMPRENDEDORES INMIGRANTES?

Lo cierto es que los inmigrantes, sin importar su procedencia, vienen a trabajar y producir.

Tanto en EEUU como en España existe el creciente sentimiento que los inmigrantes venimos a destruir el tejido empresarial, a quitarle el trabajo a los nacionales, que tenemos mayor acceso a ayudas sociales y que no pagamos impuestos. Este prejuicio tiene que ser eliminado de raíz, es una creencia popular errónea y extremadamente dañina.

DATOS CONCRETOS

El actual mandatario estadounidense, con sus maneras y pensamientos retrógradas para liderar una nación tan poderosa, está aplicando cada vez medidas más duras en contra de la inmigración, alegando que la mayor parte inmigración actual en su país es de baja calidad y que por tanto aporta poco valor económico.

Al analizar el Indice de Emprendimiento de la Fundación Kauffman de 2017 (Startup Index) observamos que la tasa de nuevos emprendedores inmigrantes entre los años 1996 y 2016 (durante los años de inmigración de baja calidad según Trump) ha sido más alta que la de los nacidos en Estados Unidos, cada año durante 20 años! El año 2017, el 30% de los nuevos emprendedores en dicho país fueron inmigrantes.

Una economía en recesión, como la mayoría de economías mundiales durante la pasada década, necesita de personas emprendedoras que la reactiven.Estos emprendedores están generando trabajo, pagando impuestos, aportando a la cadena de valor.

En España tenemos una tendencia similar. El único colectivo de trabajadores autónomos que creció durante los años de la crisis fue el de los inmigrantes.

El inmigrante que viaja a España viene a poner en marcha su sueño de superación personal. Al llegar se topa con una altísima tasa de desempleo y es mediante el emprendimiento que logra alcanzar sus objetivos. Nuestra dedicación y ganas de surgir son nuestras mejores armas.

Observa los datos de la Federación de Autónomos de España. Casi la mitad del crecimiento de autónomos en el primer semestre del 2017 se debe a los emprendedores extranjeros.

En palabras de Lorenzo Amor, presidente de ATA: “Estos datos confirman el importante papel que juega el colectivo en la generación y recuperación del empleo autónomo. Son personas muy emprendedoras y para las que el autoempleo se ha convertido en una fórmula eficaz para incorporarse al mercado laboral.”

El top 5 de nacionalidades emprendedoras en España (a junio 2017) se encuentra en el siguiente orden: 1.- China, 2.- Rumania, 3.- Italia, 4.- Reino Unido 5.- Marruecos. Tres de ellas son extra comunitarias, lo cual añade aún más dificultades de lo promedio para estos avezados emprendedores.

Estos breves pero concretos datos deberían aportar a aclarar el papel de los inmigrantes en la reactivación y crecimiento de la economía. Es el deber de los gobernantes y la sociedad aprender cómo aprovechar al máximo este recurso.

SEMBREMOS PREGUNTAS

¿Cómo podemos apoyar a los inmigrantes a emprender con mayor facilidad y de esa manera contribuir aún más al crecimiento económico? ¿Podríamos crear proyectos de emprendimiento para personas en calidad de refugiados transformando totalmente el papel que juegan en la sociedad?

Update Septiembre 2021

¿Quién diría que una pregunta escrita en mi primer artículo de blog se volvería luego en un proyecto real? ¡Sincronicidad! Nuestras intenciones realmente pueden volverse tangibles. A inicios del 2021 mi empresa Sweet Accommodations abrió un coliving en Barcelona en el cual hemos creado un programa de emprendimiento para inmigrantes y refugiados. Tengo la piel de gallina al releer que algo que escribí hace más de 3 años se está volviendo realidad ahora.

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